• La sede funcionará antes de fin de año en colaboración con la UB, la UAB y Casa Àsia
• 10.000 españoles se han lanzado ya a estudiar la lengua más hablada del mundo
Una profesora de chino escribe varios caracteres en la pizarra, en la Casa Àsia de Barcelona.
Aprenderse 1.500 de los 5.000 caracteres del mandarín (la lengua estándar en un país habitado por 1.300 millones de personas que se comunican en más de 1.000 dialectos), para poder hablar y leer periódicos, se las trae. Sin alfabeto, y sin ninguna conexión con los alfabetos occidentales, es verdaderamente un trabajo de chinos. Pero las expectativas económicas del gigante asiático están animando a muchos a lanzarse a la aventura de aprender la lengua más hablada del mundo.
En España faltan profesores cualificados y centros subvencionados ante la creciente demanda de clases de chino. Un déficit que ayudará a paliar el Instituto Confucio de Barcelona, que se prevé que abra a finales de año, según explica Eva Borreguero, directora de Programes Educatius de Casa Àsia. Como el Instituto Cervantes con el español, el Confucio es el organismo oficial chino encargado de promocionar y difundir la lengua y la cultura del país.
PRIMERA OPCIÓN
El lunes se firmó en Madrid el convenio entre Casa Àsia, la Universitat de Barcelona, la Universitat Autònoma y la sede central del Instituto Confucio, en Madrid, para abrir el centro de la capital catalana. Será el cuarto Instituto Confucio de España, tras los de Madrid, Valencia y Granada. Además de impartir clases en aulas de las universidades implicadas y también en Casa Àsia, ofrecerá chino a través de especialidades como traducción e interpretación, turismo, comercio, banca y medicina tradicional. Asimismo, preparará para los exámenes oficiales de mandarín (HSK) y formará a futuros profesores chinos.
Según datos de la Embajada de China en España, unas 10.000 personas estudian chino en nuestro país. La mayoría lo hace en alguna de las 40 universidades que lo imparten y en seis sedes de la Escuela Oficial de Idiomas. "Antes, el chino era una lengua decorativa. Cuando los alumnos veían que no habían entrado en otros idiomas más populares, elegían el chino por hacer algo, pues siempre quedaban plazas libres. Desde hace unos años, sin embargo, esto ha cambiado. La gente piensa en el chino directamente como su opción. Especialmente gente joven y empresarios que ven a China como la gran fábrica mundial", señala Jun Ding, jefe del Departamento de Chino de la Escuela Oficial de Idiomas, en la sede central de Drassanes.
En la escuela oficial, el programa de chino tiene siete cursos. "Como en una pirámide, de los 180 alumnos de primero, solo unos 15 llegan al último curso", apunta Ding. En los últimos años, unos 800 alumnos en Barcelona ni siquiera pueden matricularse por falta de plazas.
Además de las escuelas oficiales, las cámaras de comercio y cada vez más academias privadas ofrecen cursos de chino, algunos adaptados a las necesidades de los alumnos. Muchos de estos estudiantes han iniciado contactos laborales o financieros con empresarios chinos y desean dominar, al menos, los conceptos básicos de la lengua de sus potenciales clientes. Saben que aprender la lengua china permite adentrarse más en la cultura, saber cómo piensan, qué valoran y cómo cierran los tratos los empresarios del país asiático.
ESCUELAS PIONERAS
"Cuando empecé a dar clases de inglés, aquí imperaba el francés y se hablaba del inglés como la lengua del futuro. La globalización ha convertido el inglés en la lengua más estándar del presente, pero ahora es China la que gana terreno en el comercio y la expansión económica mundial. Cuando esté conquistado el mundo en lo empresarial, el chino podría implantarse, porque son muy pocos los chinos que estudian inglés", dice Montse. Este pensamiento llevó a la empresaria a estudiar chino. Se apuntó a la Escuela de Chino de Barcelona, iniciativa que nació a raíz del interés de empresarios de ese país por que sus hijos aprendieran a leer y escribir la lengua que utilizan en casa.
La Escola Hamelin Internacional Laie del Maresme, en Alella, fue pionera en impartir clases de chino entre sus alumnos como cuarta lengua en la primaria. Su directora, P. Sas, considera que "esto responde a la toma de conciencia respecto a la importancia que tendrá la economía china a medio plazo en todos los mercados occidentales". "Esto puede coincidir con el momento en que nuestros alumnos entren en el mercado laboral", añade. En la escuela, no solo se dan clases, también se impulsan intercambios culturales: grupos de alumnos españoles viajan a China y alumnos chinos vienen a Catalunya para convivir unos días con los estudiantes de aquí.
14.6.08
L'Institut Confucio obrirà una seu a Barcelona
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